miércoles, 21 de noviembre de 2007

Cortometrajes chilenos II



Tras un largo receso hemos regresado con un verdadero clásico del Cine Chileno: Las Callampas de Rafael Sánchez, realizada en 1958.

Argumento
Después del incendio del zanjón de la Aguada, situado en un sector marginal del sur de Santiago, sus pobladores se toman terrenos de La Feria, pertenecientes al gobierno. Allí se establecen y lo llaman La Victoria. Un reporteo de lo ocurrido da cuenta de la ocupación y de las acciones inmediatas: loteo, ollas comunes, instalación de sanitarios provisorios, armado de carpas con palos y frazadas (con banderita chilena en lo alto de cada una). Un niño poblador va presentando los cincos títulos que dan inicio a cada secuencia.

Patricio Guzmán, correspondencia electrónica, París, 5 de julio de 2006:
Rafael Sánchez fundador del cine documental chileno y latinoamericano. También trabajó como compositor y fue un director y montador de renombre. Empezó a filmar documentales en los años 50. Una de sus primeras obras, Las Callampas, muestra la miseria de algunas zonas de Santiago y en las márgenes del Zanjón de la Aguada. Es un filme impresionante, lúcido, que anticipa el “cine social” de América Latina que vendrá años después. Es una obra única por su calidad técnica y la profundidad de su mirada.

(Extraído de Itinerario del Cine Documental Chileno de Alicia Vega)

Las Callampas (1958)

Parte 1





Parte 2

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Cortometrajes chilenos I


“Es el momento de comenzar a rescatar nuestros propios valores como identidad cultural y política. Basta ya de dejarnos arrebatar por las clases dominantes, los símbolos que ha generado el pueblo en su larga lucha por la liberación”. Esta es parte del Manifiesto de los Cineastas de la Unidad Popular, en donde de la mano del triunfo de Allende en 1970, los directores nacionales se comprometían a realizar un cine que rescatara al verdadero “ser chileno”, en busca de la toma de conciencia que afianzara la revolución socialista a la chilena.

Para ello, el formato documental fue el más ideal y prolífico de la época. Cineastas nacidos de las aulas del Instituto Fílmico de la Universidad Católica (Fundado en 1955, por Rafael Sánchez) y del Centro de Cine Experimental de la Universidad de Chile (Fundado en 1957 por Sergio Bravo) y luego apoyados por ChileFilms, dominaban la escena con estos cortometrajes documentales que se enfocaban en los grandes planes educacionales, de vivienda y salud para los más pobres, puntos que el nuevo gobierno contemplaba en su programa.

“Casa o Mierda”, dirigida por Samuel Carvajal, Carlos Flores y Guillermo Cahn, sigue esta mencionada línea de realización. La película muestra la organización y esfuerzo de gente que organiza una toma, apoyados por el MIR. Con una efectiva mezcla entre escenas ficcionadas y otras reales, el filme se destaca por su gran estructuración y factura técnica (a pesar de los escasos recursos), convirtiéndola en un dinámico y apasionante documento fílmico de nuestro país. Una verdadera joya de nuestra cinematografía que merece ser recordada y rescatada.


Casa o Mierda (1970)
Parte 1






Parte 2


sábado, 25 de agosto de 2007

Pintando para el Hombre Nuevo (y gracias Juan Downey)

Las Brigadas Ramona Parra (BRP) nacieron oficialmente en 1968, por resolución del VI Congreso de las Juventudes Comunistas de Chile. Un proyecto único e inédito, que buscaba llenar las murallas de los colores de la revolución socialista. “Qué ha pasado en la ciudad, /guerra, muerte al gris urbano, /vamos, jóvenes pintores, /a pintar al ser humano”, dice Ángel Parra en su canción Las BRP de 1972, plasmando en canción los principios que los muralistas se imponían.

Con el trabajo constante, primero corriendo de la policía y dejando muchos murales a medio hacer y con la pintura chorreada, lograron crear un estilo que los identifica hasta hoy. Emparentados con el estilo de la pintura latinoamericana, nacida principalmente de los grandes pintores mexicanos Diego Rivero, David Alfaro Sequeiros y José Clemente Orozco, las BRP fueron puntales en la campaña que llevó a Salvador Allende a la presidencia y con sus mensajes llenos de palomas, rostros de mujeres, obreros, espigas y estrellas celebraron en los muros el proceso revolucionario que en Chile se comenzaba a dar. El prestigio alcanzado por la calidad de sus imágenes, se vio reforzado con la visita de Roberto Matta a Chile en 1971, quien se unió a la Brigada para pintar un mural en la piscina municipal de La Granja.


Pero como en todo ámbito, sobretodo la cultura, el golpe de estado ensombreció toda la labor de la brigada y sin ningún respeto ni criterio, estos murales desaparecieron bajo las pinturas lacradas de los militares. Sin embargo, el estilo BRP sigue algunas veces tomándose los muros de algunas casas, manteniendo vigente su legado.

Este aporte de las BRP fue tomado en cuenta por el artista visual Juan Downey (1940-1993, en la foto), quien en 1971, filmó con una cámara casera los muros que cubrían Santiago y Valparaíso. Bautizado como “Chile” y editado en 1974 este documental de este artista que es unos de los precursores del video arte y la videoinstalación y que se exilió en Nueva York, fue proyectado recientemente en Sanfic. Con la música de artistas de la Nueva Canción Chilena y con el discurso de Allende de fondo en inglés, esta película de 11 minutos es un valioso documento que rescata la labor de las BRP antes del golpe y ahora lo exponemos de forma exclusiva a través de este blog y dando puntapié a una serie de documentos que iremos mostrando a través de la página.

Chile, Juan Downey. 1974, parte 1



Chile, Juan Downey. 1974, parte 2

viernes, 17 de agosto de 2007

Un oasis rumano en Sanfic

Sábado 18, 20.30 horas y lunes 20, 22 horas, en la Cineteca Nacional.

Dentro del deslavado programa de la tercera versión de Sanfic, Bucarest 12:08 de Corneliu Porumboiu es uno de los oasis de este festival de cine. Esta película rumana perteneciente a un cine que ha sido multipremiado en Cannes con filmes como La Noche del Señor Lazarescu –disponible en dvd en Chile- y 4 Meses, 3 Semanas y 2 Días –la última ganadora de la Palma de Oro y que anuncia estreno a fin de año- es una inteligente comedia que deja al descubierto a un país perdido tras 16 años de democracia, tras derrocar a la dura dictadura de Nicolae Ceaucescu. Un argumento que suena muy familiar para nosotros, pero al contrario de lo que sucede con esta talentosa generación de cineastas rumanos, en Chile no ha habido la voluntad de realizar una inteligente mirada para nuestro confuso presente. Ver esta película, en este sentido, da una sana envidia.

Ambientada en Vaslui, pequeña ciudad al este de Bucarest, la película se puede dividir en dos momentos. El primero está marcado por la presentación de los tres protagonistas: Jderescu, el dueño de un canal de televisión y animador de un programa político del mismo; Manescu, un alcohólico profesor de historia; y Piscoci un anciano viudo, más conocido por disfrazarse de Viejo Pascuero en Navidad. La vida de estos tres disímiles personajes se muestra oscura y patética, en particular la de Jderescu, quien se avergüenza de su pasado como obrero textil y que recurre a cursis citas de pensadores griegos para pasar por intelectual en la TV. Con cuidados planos fijos y abiertos, Porumboiu construye en esta primera media hora un pausado retrato de personas que, si bien celebraron la caída de Ceausescu el 22 de diciembre de 1989, siguen siendo igual de perdedores que entonces.

El filme logra un refrescante giro -segundo momento- cuando los tres personajes se dan curiosamente cita en el programa televisivo de Jderescu, donde se conmemorará un nuevo aniversario de la revolución que trajo la democracia al país con la pregunta “¿Hubo o no hubo revolución en Vaslui?”. A partir de esta pregunta, todo comenzará a ser absurdo y por muchos momentos delirantes, un momento refinadamente cómico que Porumboiu consolida adoptando un formato televisivo bastante amateur, con estúpidos movimientos de cámara y desenfoques que complementan a los absurdos y, por momentos, delirantes diálogos que se comienzan a dar. Una escena de una hora que podría ser demasiado aburrida, al tener además casi un solo plano, pero que se hace muy llevadero con lo que se va sucediendo.

¿Hubo o no héroes en la revolución? ¿Quién finalmente la posibilitó? Estas son las interrogantes planteadas. En Bucarest 12:08 la historia reciente es confusa porque nadie se ha tomado el tiempo de contarla. Mientras tanto, todos divagan en un presente incierto. Da risa, pero también nos entrega un material que nos toca demasiado de cerca. Pero también da pena que una película de un país que parece tan ajeno y lejano como Rumania nos toque la fibra más que alguna película chilena. Bucarest 12:08 hace ver que nuestro cine nacional actual arriesga poco en cuanto a retratar nuestra sociedad y que cuando intenta hacerlo, es tan caricaturesco como los pobres de las teleseries.



Trailer, con subtítulos en español.

lunes, 13 de agosto de 2007

Un tesoro desensterrado

Disco que rescata el archivo musical de la U. de Chile, hecho por folkloristas como Violeta Parra, Héctor Pávez y Margot Loyola.
Sólo el gusto por la música hizo posible este redescubrimiento. Mariana León, estudiante de Antropología de la Universidad de Chile, descubrió -tras escudriñar en toda la facultad en búsqueda de nuevos sonidos- el amplio y mítico archivo sonoro que en la Facultad de Artes de la misma casa de estudios se escondía. De ese tesoro siempre se oyó. Que Violeta Parra, Margot Loyola, Héctor Pávez y otros destacados folkloristas recorrieron Chile con grabadoras al hombro registrando el sonido de reconditos lugares era algo que se sabía con certeza. Es algo que también se cita frecuentemente como un trabajo que fue la base de la Nueva Canción Chilena, pero nunca se había hecho un esfuerzo real por reparar donde se encontraban estos tesoros musicales.

Esto es lo que contiene en parte el disco Pueblo en Fiesta, editado gracias al esfuerzo de esta estudiante, interés al que se fueron uniendo otros alumnos de la Chile y académicos. Así, postularon a un Fondo de Desarrollo Institucional del Mineduc del cual obtuvieron 4 millones y luego a un Fondo de Fomento de la Música, el cual también ganaron. Con estos dineros en manos fue posible digitalizar 230 de alrededor de 500 de las viejas cintas que contienen valiosos sonidos de música campesina, que van más allá de los convencionalismos al que estamos acostumbrados a escuchar (Mi caballo, Si vas para Chile, etc.) y luego editar el necesario CD.

“Concebimos el disco como una forma de difundir el archivo que se encontraba guardado en una gaveta. El soporte de un disco es la mejor forma de difundirlo”, dice Mariana. El criterio de selección del disco (una difícil decisión entre tanto material) fue construido bajo la gran temática de la “fiesta popular” (religiosas, profanas y étnicas). Algo fundamental para conocer esta característica del folklore que raramente se menciona. Además se cuidó que fueran accesibles a nuestros oídos, o como dice Mariana “que tuviera oreja, que pudiera ser escuchada por mucha gente”.
Ahora el disco está en bibliotecas públicas como la Biblioteca de Santiago, las pertenecientes a la DIBAM y se vende en la Facultad de Artes de la U. de Chile. Pero de muestra, dejamos un par de tracks de este tesoro musical.


Pasacalle - Intérprete desconocido
Recopilado por Violeta Parra. Chiloé, 1958 apróx.



Nguillatún (extracto 2) - Intérpretes desconocidos
Recopilador desconocido. Temuco, 1958.

martes, 3 de julio de 2007

Busco Mi Destino

La idea de este espacio es escribir sin ataduras. Realizar artículos sin limitarse con la comercial idea de la novedad y de la proximidad. Tampoco es el de la vanagloria personal. Lo Viejo y lo Nuevo, el presente y el pasado se confluyen en un lugar sin límites.

Este es un lugar pensado para escribir aquellas cosas que extrañamos de los medios convencionales, esos temas que no aparecen ni aparecerán por estar bajo la línea del beneficio comercial.


Se podrían escribir más cosas en esta especie de "declaración de principios", pero finalmente creo que lo mejor es que ésta se vaya construyendo a partir de lo que irá conformando este sitio.


Los motores se encienden y el camino nos espera. Quizás al igual que esos motoqueros íconos de la contracultura de los 60, acabemos escopeteados por el más alto conservadurismo, a veces encerrado en nosotros mismos. Pero al menos lo habremos intentado. Por último, quedará la huella de esta primera entrada.